EL ÚNICO CAUCE
Este texto lo escribi en el weblog de una amiga (www.20six.co.uk/wallynuk) un beso Nuka!
Mi deseo se desvanece como una nube intensa reflejada en el mar verde de mis sueños, es una realidad, o quizás una ficción, simplemente se que estoy aquí. En mi regazo yace una lágrima de dolor, junto al canto de una sirena lejano en el horizonte. Sus pastosos besos rozan mi mejilla rosada, a través de la espuma de las olas creadas por el viento. Ya la veo, se acerca suave, aleteando, cual escuálido perseverante a su presa. Del cielo cae el resplandor del ojo deslumbrador, radiante, mientras mi transparente cuerpo se derrite cual hielo en el árido desierto. Un caballo blanco se aleja de mi ser, tambaleando su crin de un lado hacia el otro, casi despellejando su piel en el intenso amanecer de este día de lluvia. Estoy empapado, chorreando, mi cabello parece descender por la colina de los vientos, mientras aquel niño mira con ojos infinitos todos mis actos. El cielo acristalado intuye la presencia de aquel ser extraño que tanto anhelé, con la cabeza bajo los pies, y los brazos junto al cuello, avanzaba plácida y paulatinamente, ascendiendo a lo mas alto para luego caer en medio de la arboleda quemada por la tierra. Luego observo su ritmo interno, adentrándome en el mediante un escalofrió invernal. El terciopelo de sus labios eriza todos mis sentidos, todo el bello de mi cuerpo permanece en alto, como si un vendaval corriera por encima de mi fina piel, creando así, un dulce sabor de amargura. Sigo añorando aquellos momentos en que todo parecía desvanecerse, con el esplendor de tu mirada, clavando tus pupilas sobre las mías, inundándolas de esta manera en una nube grisácea. Allí a lo lejos, aparece un acantilado de piedra tallada, en el cual un intenso sufrimiento placentero cae y asciende hasta el rincón de los sueños incautos, donde los malvados se desvanecen, y los sinceros sobreviven.
by: [_BeS]-[eR_]
Mi deseo se desvanece como una nube intensa reflejada en el mar verde de mis sueños, es una realidad, o quizás una ficción, simplemente se que estoy aquí. En mi regazo yace una lágrima de dolor, junto al canto de una sirena lejano en el horizonte. Sus pastosos besos rozan mi mejilla rosada, a través de la espuma de las olas creadas por el viento. Ya la veo, se acerca suave, aleteando, cual escuálido perseverante a su presa. Del cielo cae el resplandor del ojo deslumbrador, radiante, mientras mi transparente cuerpo se derrite cual hielo en el árido desierto. Un caballo blanco se aleja de mi ser, tambaleando su crin de un lado hacia el otro, casi despellejando su piel en el intenso amanecer de este día de lluvia. Estoy empapado, chorreando, mi cabello parece descender por la colina de los vientos, mientras aquel niño mira con ojos infinitos todos mis actos. El cielo acristalado intuye la presencia de aquel ser extraño que tanto anhelé, con la cabeza bajo los pies, y los brazos junto al cuello, avanzaba plácida y paulatinamente, ascendiendo a lo mas alto para luego caer en medio de la arboleda quemada por la tierra. Luego observo su ritmo interno, adentrándome en el mediante un escalofrió invernal. El terciopelo de sus labios eriza todos mis sentidos, todo el bello de mi cuerpo permanece en alto, como si un vendaval corriera por encima de mi fina piel, creando así, un dulce sabor de amargura. Sigo añorando aquellos momentos en que todo parecía desvanecerse, con el esplendor de tu mirada, clavando tus pupilas sobre las mías, inundándolas de esta manera en una nube grisácea. Allí a lo lejos, aparece un acantilado de piedra tallada, en el cual un intenso sufrimiento placentero cae y asciende hasta el rincón de los sueños incautos, donde los malvados se desvanecen, y los sinceros sobreviven.
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